Patriotismo de quita y pon

enero 9, 2008

En su afán por echar balones fuera, el Sr. Rodríguez ha insinuado que las críticas a la situación económica de España proceden de gente poco patriótica. Por contra, y además de pedir ‘menos alarmismo injustificado’, achaca a factores externos los atisbos de recesión económica que empiezan a vislumbrarse. Esto no es así Sr. Rodríguez. Primero, negar la importancia de los problemas es el primer paso para no hacer nada por remediarlos. Y segundo, decir que no se puede hacer nada frente a la subida del petróleo y a los precios de las materias primas es engañar a la gente. Obviamente España no tiene un papel tan importante como puedan tener los grandes países productores en la influencia del precio del barril de petróleo, está claro. En cualquier caso, cruzarse de brazos y esperar que el chaparrón pase no es lo que se espera de un Gobierno. Por supuesto, no se cuentan como medidas lo de las propinas del Sr. Solbes o lo del famoso conejo. ¿Alguno lo ha comido en estas fiestas con el fin de ahorrar?

Hemos de suponer, por tanto, que la nueva medida de choque del Gobierno para mitigar la libre caída de la economía española es el patriotismo. O lo que es lo mismo, tener fe ciega en que no haciendo nada es como se reflotará la economía española, ¿no? ¡Ah! bien, me quedo más tranquilo. Cada vez que llegue a casa por las noches me sentaré delante de la televisión y esperaré a que pase la tormenta sin hacer nada. Y ya después, cuando todo haya vuelto a la normalidad, lo celebraré comprándome un piso, que seguro que habrán bajado los precios por arte de magia.

El Gobierno nos tiene a todos por tontos. Ahora el Sr. Rodríguez se ha apuntado a la causa del patriotismo y lo usa para todo, ya sea para los temas económicos o para hacer actos conmemorativos a los guardias civiles caídos el último año. ¿No chocaba un poco verle con tres banderas de España a la espalda después de toda una legislatura despreciando todo lo que simboliza la rojigualda y quebrando al país? Por cierto, genial la idea de realizar un acto como ese en el búnker de La Moncloa para no llevarse una sonora pitada del público asistente. O también la de no invitar a Su Majestad el Rey para poder llevarse él todo el protagonismo. Máxime cuando el jefe supremo de todas las Fuerzas Armadas en España es el Rey y que la Guardia Civil, que aún se sepa, es un cuerpo militar.

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