Semana de malas noticias. Además de descubrir, de nuevo, que hay gente en el partido socialista que desea el mal ajeno (véase al Sr. Blanco con Esperanza Aguirre) hemos conocido hoy la cifra de paro registrado durante el mes de noviembre. Más de 5.700 personas se han quedado sin trabajo al día durante dicho mes, dejando la cifra total de parados en España en casi tres millones.
Huelga decir que esos casi tres millones de personas desempleadas suponen un número similar de dramas familiares. El hecho de que sólo uno de los miembros de esas familias se quede sin trabajo supone un descuadre absoluto de las cuentas domésticas, haciendo imposible afrontar el pago de la hipoteca o de los gastos mínimos en alimentación o textil. Ayer mismo estuve viendo un reportaje en la televisión en el que mostraba a un numeroso grupo de personas que se agolpa en la zona de residuos de grandes superficies para poder conseguir alimentos caducos. Asimismo, el número de personas que buscan ayuda a través de ONGs también va en aumento.
¿Qué está haciendo el Gobierno por paliar este drama? ¿Qué medidas reales y útiles está promoviendo para mitigar la deseperación de esta gente que se suma a la larga lista de desempleados? ¿Por qué estamos pagando todos los españoles la ineptitud de un Gobierno que hasta hace bien poco negaba la crisis en la que nos hayamos inmersos? Ahora, por fin, aceptan que hay una crisis galopante, pero no hay más que tímidas contramedidas que poco sirven a los que padecen la misma. Y en lo que he tardado en escribir este artículo unas 600 personas han descubierto horrorizadas que pasan a sumarse a los casi tres millones de parados. Sr. Rodríguez, ¡reaccione!